Estrés laboral en la oficina

Estrés laboral: causas, consecuencias y estrategias para afrontarlo

Como profesional con más de 15 años de experiencia en el ámbito de los recursos humanos, he sido testigo de primera mano del impacto devastador que el estrés laboral puede tener en las personas y las organizaciones. A lo largo de mi carrera, he asesorado a cientos de trabajadores que han experimentado diferentes niveles de tensión en su entorno profesional, desde la presión cotidiana hasta casos graves de burnout que han requerido bajas médicas prolongadas.

El estrés laboral se ha convertido en uno de los principales problemas de salud ocupacional en España y, por extensión, en todo el mundo desarrollado. Según datos del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), aproximadamente el 30% de los trabajadores españoles reporta niveles elevados de estrés relacionado con su actividad profesional, una cifra que ha ido en aumento en los últimos años, especialmente tras la pandemia de COVID-19.

En este artículo, pretendo ofrecer una visión completa y documentada sobre el estrés laboral, analizando sus causas, consecuencias, métodos de evaluación y, lo más importante, estrategias efectivas para su prevención y manejo. Mi objetivo es proporcionar herramientas prácticas tanto para trabajadores como para responsables de recursos humanos y directivos que deseen crear entornos laborales más saludables y productivos.

¿Qué es el estrés laboral? Conceptualización y modelos teóricos

El estrés laboral puede definirse como el conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y conductuales que experimenta una persona ante aspectos adversos o nocivos de su entorno laboral. Es importante distinguir entre el estrés puntual, que puede ser incluso beneficioso como mecanismo de adaptación (también llamado «eustrés»), y el estrés crónico o distrés, que tiene efectos perjudiciales para la salud y el bienestar.

A lo largo de las décadas, diversos investigadores han propuesto modelos teóricos para explicar el fenómeno del estrés laboral. Entre los más influyentes destacan:

El modelo demanda-control de Karasek

Desarrollado por Robert Karasek en 1979, este modelo propone que el estrés laboral surge de la interacción entre las demandas psicológicas del trabajo y el nivel de control o autonomía que tiene el trabajador sobre su actividad. Según este modelo, los trabajos con altas demandas y bajo control generan mayor nivel de estrés y riesgo para la salud.

El modelo de esfuerzo-recompensa de Siegrist

Johannes Siegrist planteó en 1996 que el desequilibrio entre el esfuerzo invertido en el trabajo y las recompensas obtenidas (económicas, reconocimiento, estatus, oportunidades de desarrollo) está en el origen del estrés laboral. Cuando percibimos que damos más de lo que recibimos, aparece la frustración y la tensión.

El modelo de demandas-recursos laborales

Este modelo más reciente amplía los anteriores y considera que el bienestar laboral depende del equilibrio entre las demandas laborales (aspectos del trabajo que requieren esfuerzo) y los recursos disponibles (aspectos que facilitan la consecución de objetivos o reducen las demandas). No solo contempla los recursos organizacionales sino también los personales.

Estos modelos no son excluyentes entre sí, sino que ofrecen perspectivas complementarias para entender un fenómeno tan complejo como el estrés en el ambito laboral.

Burnout profesional y estrés laboral
Burnout profesional. Imagen: Ergasat

Factores desencadenantes del estrés laboral

A partir de mi experiencia asesorando a empresas y trabajadores, he podido identificar múltiples factores que contribuyen al desarrollo del estrés laboral. Podemos clasificarlos en varias categorías:

Factores organizacionales

  • Sobrecarga laboral: Exceso de tareas o responsabilidades que superan la capacidad del trabajador, plazos ajustados o imposibles de cumplir.
  • Ambigüedad y conflicto de rol: Falta de claridad sobre las funciones, responsabilidades o expectativas asociadas al puesto, o existencia de demandas contradictorias.
  • Falta de autonomía y control: Escasa capacidad de decisión sobre cómo realizar el trabajo, los métodos empleados o la propia organización del tiempo.
  • Inseguridad laboral: Temor a la pérdida del empleo, contratos temporales o condiciones precarias.
  • Clima laboral tóxico: Relaciones interpersonales conflictivas, competitividad extrema o falta de apoyo entre compañeros.
  • Liderazgo inadecuado: Gestores con estilos autoritarios, ausencia de feedback constructivo o falta de reconocimiento.
  • Cultura organizacional disfuncional: Empresas con valores contradictorios, comunicación deficiente o prácticas no éticas.

Factores relacionados con el puesto

  • Exposición a riesgos físicos o psicosociales: Trabajos con peligros para la integridad física o con alta carga emocional (sanitarios, fuerzas de seguridad, atención al cliente en situaciones conflictivas).
  • Horarios y turnos: Jornadas extensas, trabajo nocturno o rotación de turnos que alteran los ciclos circadianos.
  • Tecnoestrés: Derivado del uso intensivo de tecnologías, sensación de estar siempre disponible (always on) o dificultad para adaptarse a constantes cambios tecnológicos.
  • Monotonía o infraestimulación: Tareas repetitivas que no aprovechan las capacidades del trabajador.

Factores individuales

Si bien los factores organizacionales son fundamentales, no podemos olvidar que existen diferencias individuales en la respuesta al estrés:

  • Personalidad: Rasgos como el neuroticismo, la personalidad tipo A (competitiva, impaciente) o el perfeccionismo pueden aumentar la vulnerabilidad.
  • Estrategias de afrontamiento: Las habilidades de resolución de problemas, gestión emocional y resiliencia varían entre individuos.
  • Conciliación vida personal-laboral: La dificultad para equilibrar ambas esferas puede ser una fuente significativa de estrés.
  • Eventos vitales estresantes: Situaciones personales como divorcios, enfermedades o pérdidas pueden reducir los recursos psicológicos disponibles para afrontar el estrés laboral.

Manifestaciones y consecuencias del estrés laboral

El estrés laboral sostenido en el tiempo tiene consecuencias que trascienden el ámbito puramente laboral y afectan a todas las esferas de la vida del individuo. A continuación, detallo las principales manifestaciones y consecuencias documentadas:

Consecuencias físicas

  • Alteraciones cardiovasculares: Hipertensión, incremento del riesgo de enfermedad coronaria y accidentes cerebrovasculares.
  • Trastornos musculoesqueléticos: Tensión muscular crónica, dolores de espalda y cuello, que pueden derivar en patologías como la fibromialgia.
  • Alteraciones gastrointestinales: Úlceras, síndrome de intestino irritable, alteraciones del apetito.
  • Debilitamiento del sistema inmunológico: Mayor susceptibilidad a infecciones y enfermedades.
  • Alteraciones del sueño: Insomnio, sueño no reparador o hipersomnia.
  • Fatiga crónica: Sensación persistente de cansancio que no remite con el descanso.

Consecuencias psicológicas

  • Ansiedad: Estado de alerta constante, preocupación excesiva, ataques de pánico.
  • Depresión: Tristeza persistente, pérdida de interés, sentimientos de desesperanza.
  • Irritabilidad y cambios de humor: Reacciones desproporcionadas ante eventos cotidianos.
  • Problemas cognitivos: Dificultades de concentración, problemas de memoria, disminución de la capacidad para tomar decisiones.
  • Burnout o síndrome de quemarse por el trabajo: Caracterizado por agotamiento emocional, despersonalización (cinismo) y baja realización personal. Desde 2019, la OMS reconoce el burnout en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11).

Consecuencias conductuales

  • Abuso de sustancias: Incremento del consumo de alcohol, tabaco u otras drogas como mecanismo de afrontamiento.
  • Alteraciones en la alimentación: Tanto por exceso como por defecto.
  • Disminución de la actividad física: Abandono del ejercicio por falta de tiempo o energía.
  • Absentismo: Faltas recurrentes al trabajo, justificadas o no.
  • Presentismo: Asistencia al trabajo estando enfermo o sin rendimiento adecuado.

Consecuencias organizacionales

El impacto del estrés laboral no se limita al individuo, sino que repercute directamente en las organizaciones:

  • Reducción de la productividad: Estimada entre un 20% y un 30% en trabajadores con niveles elevados de estrés.
  • Aumento de errores y accidentes laborales: El estrés disminuye la atención y aumenta el riesgo de accidentes.
  • Mayor rotación de personal: Los entornos estresantes incrementan la intención de abandono.
  • Deterioro del clima laboral: El estrés puede generar conflictos interpersonales y reducir la colaboración.
  • Incremento del absentismo: Según datos del INSST, hasta un 50-60% del absentismo laboral puede estar relacionado con el estrés.
  • Costes económicos directos e indirectos: En España, se estima que el coste del estrés laboral supone aproximadamente un 1,5-2% del PIB, incluyendo gastos sanitarios, pérdida de productividad y sustitución de personal.
Técnicas de relajación en el trabajo
Técnicas de relajación en el trabajo. Imagen: Academiaonline.com

Evaluación y diagnóstico del estrés laboral

La evaluación del estrés laboral constituye el primer paso fundamental para su adecuada gestión, tanto a nivel individual como organizacional. Como profesional de recursos humanos, he comprobado que muchas empresas subestiman esta fase, lo que dificulta la implementación de estrategias verdaderamente efectivas.

Métodos de evaluación a nivel individual

En el ámbito clínico y de la salud ocupacional, existen diversos instrumentos validados para evaluar el nivel de estrés:

  • Cuestionarios estandarizados:
    • Escala de Estrés Percibido (PSS) de Cohen: Evalúa el grado en que las situaciones de la vida se valoran como estresantes.
    • Cuestionario de Estrés Laboral JSQ: Desarrollado por la OIT-OMS para identificar estresores laborales específicos.
    • Maslach Burnout Inventory (MBI): El instrumento más utilizado para evaluar el síndrome de burnout.
  • Evaluación de indicadores biológicos:
    • Medición de niveles de cortisol (hormona del estrés) en sangre o saliva.
    • Parámetros cardiovasculares como presión arterial o variabilidad de la frecuencia cardíaca.
  • Entrevistas clínicas estructuradas: Realizadas por profesionales de la salud mental para evaluar síntomas asociados al estrés y posibles trastornos comórbidos.

Evaluación de factores psicosociales en la organización

La legislación española, a través de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, obliga a las empresas a evaluar los riesgos psicosociales, entre los que se encuentra el estrés laboral. Para ello, se utilizan:

  • Metodologías específicas:
    • F-PSICO: Método del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.
    • ISTAS21: Adaptación española del método CoPsoQ (Cuestionario Psicosocial de Copenhague).
    • DECORE: Cuestionario multidimensional que evalúa riesgos psicosociales.
  • Indicadores organizacionales indirectos:
    • Tasas de absentismo y rotación.
    • Análisis de incidentes y accidentes laborales.
    • Evaluaciones de desempeño y productividad.
    • Información de los servicios médicos de empresa.
  • Metodologías cualitativas:
    • Grupos de discusión.
    • Entrevistas a informantes clave.
    • Observación directa de condiciones de trabajo.

El proceso de evaluación en la empresa

En mi experiencia asesorando a organizaciones, recomiendo seguir estos pasos para una evaluación efectiva:

  1. Fase preparatoria: Constitución de un grupo de trabajo que incluya representantes de dirección, recursos humanos, prevención de riesgos laborales y trabajadores.
  2. Análisis previo de la organización: Recogida de información sobre estructura, procesos, indicadores relevantes y antecedentes.
  3. Selección de metodologías: En función del tamaño de la empresa, sector, características de la plantilla y objetivos específicos.
  4. Aplicación de instrumentos: Garantizando la confidencialidad y explicando claramente los objetivos.
  5. Análisis de resultados: Identificación de niveles de estrés y factores de riesgo específicos.
  6. Devolución de resultados: Comunicación transparente a todos los niveles de la organización.
  7. Elaboración de un plan de acción: Definición de medidas concretas, responsables y plazos de implementación.

Es fundamental entender que la evaluación no es un fin en sí misma, sino el primer paso de un proceso continuo orientado a la mejora de las condiciones psicosociales del trabajo.

Marco legal y normativo en España

El estrés laboral en España está regulado desde diferentes perspectivas normativas que es importante conocer tanto para trabajadores como para responsables de recursos humanos y prevención

Ley de prevención de riesgos laborales (LPRL)

La Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales constituye el marco legal fundamental. Aunque no menciona explícitamente el estrés laboral, establece en su artículo 14 el deber general de protección del empresario, que debe garantizar la seguridad y salud de los trabajadores en todos los aspectos relacionados con el trabajo, incluyendo los factores psicosociales.

El artículo 15 de la LPRL establece los principios de la acción preventiva, entre los que se incluye «adaptar el trabajo a la persona» y «planificar la prevención buscando un conjunto coherente», principios directamente relacionados con la prevención del estrés laboral.

Acuerdo marco europeo sobre estrés laboral

En 2004 se firmó el Acuerdo Marco Europeo sobre Estrés Laboral, que fue incorporado al marco normativo español mediante el Acuerdo Interconfederal para la Negociación Colectiva de 2005. Este acuerdo:

  • Reconoce el estrés laboral como un problema colectivo que debe abordarse como cualquier otro riesgo para la salud y seguridad.
  • Establece responsabilidades compartidas entre empresarios y trabajadores.
  • Propone un enfoque preventivo y de intervención temprana.

Real Decreto 39/1997 – Reglamento de los servicios de prevención

Este reglamento especifica la obligación de incluir la evaluación de los factores psicosociales en la evaluación general de riesgos y detalla las disciplinas preventivas, incluyendo la Ergonomía y Psicosociología Aplicada, encargada de abordar los factores de riesgo psicosocial, entre ellos el estrés laboral.

Criterios técnicos de la inspección de trabajo

La Inspección de Trabajo y Seguridad Social publicó en 2012 el Criterio Técnico 69/2009 sobre las actuaciones inspectoras en materia de riesgos psicosociales. Este documento establece los criterios para determinar si una empresa ha cumplido con sus obligaciones preventivas respecto a los riesgos psicosociales, incluyendo el estrés laboral.

Jurisprudencia relevante

En los últimos años, han surgido sentencias que reconocen el estrés laboral y sus consecuencias como accidente de trabajo o enfermedad profesional. Por ejemplo, el Tribunal Supremo ha considerado en algunas ocasiones el síndrome de burnout como accidente laboral cuando se demuestra la relacion causal directa con el trabajo.

Negociación colectiva

Los convenios colectivos se han convertido en una herramienta cada vez más utilizada para regular aspectos relacionados con el estrés laboral, estableciendo medidas preventivas, protocolos de actuación o incluso sistemas de vigilancia específicos.

Ambiente laboral tóxico a causa del estrés laboral
Ambiente laboral tóxico. Imagen: Imedias.me

Estrategias de prevención y gestión del estrés laboral

La prevención y gestión efectiva del estrés laboral requiere un enfoque integral que combine intervenciones a nivel organizacional e individual. A continuación, presento las estrategias más avaladas por la evidencia científica y mi propia experiencia profesional:

Intervenciones a nivel organizacional

Las intervenciones organizacionales son las más efectivas a largo plazo, ya que abordan las causas estructurales del estrés:

1. Rediseño de puestos y tareas

  • Análisis y clarificación de roles: Definir claramente funciones, responsabilidades y expectativas.
  • Enriquecimiento del trabajo: Incorporar variedad, significado y autonomía a las tareas.
  • Gestión adecuada de cargas de trabajo: Asignar volúmenes razonables de trabajo y establecer plazos realistas.

2. Mejora de la cultura y clima organizacional

  • Fomento del apoyo social: Crear espacios y dinámicas que promuevan el compañerismo y la colaboración.
  • Comunicación transparente: Establecer canales de comunicación efectivos, bidireccionales y accesibles.
  • Reconocimiento y recompensa adecuados: Implementar sistemas que valoren justamente las contribuciones de los empleados.
  • Justicia organizacional: Aplicar procedimientos equitativos y transparentes en la toma de decisiones que afectan a los trabajadores.

3. Desarrollo de liderazgo positivo

  • Formación a mandos intermedios: Capacitar a supervisores y directivos en habilidades de gestión de equipos, inteligencia emocional y prevención de riesgos psicosociales.
  • Liderazgo participativo: Promover un estilo de dirección que invite a la participación y valore las aportaciones del equipo.
  • Feedback constructivo: Implementar sistemas de retroalimentación regular, específica y orientada al desarrollo.

4. Políticas de conciliación trabajo-vida personal

  • Flexibilidad horaria: Permitir cierta adaptación de los horarios a necesidades personales cuando sea posible.
  • Teletrabajo: Facilitar el trabajo a distancia con las garantías necesarias para evitar la hiperconectividad.
  • Respeto al descanso: Establecer políticas claras sobre la desconexión digital fuera del horario laboral.
  • Medidas de apoyo familiar: Implementar beneficios que faciliten la conciliación (guarderías, ayudas para cuidados, etc.).

5. Gestión del cambio

  • Comunicación anticipada: Informar con suficiente antelación sobre cambios organizacionales significativos.
  • Participación en procesos de cambio: Involucrar a los trabajadores en la planificación e implementación de las transformaciones.
  • Formación adecuada: Proporcionar la capacitación necesaria para adaptarse a nuevas tecnologías o procedimientos.

Intervenciones a nivel individual

Si bien el foco principal debe estar en las causas organizacionales, las intervenciones individuales complementan el enfoque y proporcionan herramientas personales para gestionar el estrés:

1. Programas de formación y desarrollo de habilidades

  • Gestión del tiempo: Técnicas para priorizar tareas, establecer objetivos realistas y evitar la procrastinación.
  • Asertividad y comunicación: Desarrollo de habilidades para expresar necesidades, establecer límites y resolver conflictos.
  • Resiliencia: Capacitación para fortalecer la adaptación positiva ante la adversidad y la presión.

2. Técnicas de relajación y mindfulness

  • Entrenamiento en relajación progresiva: Aprendizaje de técnicas para reducir la tensión muscular.
  • Respiración consciente: Prácticas de control respiratorio para inducir estados de calma.
  • Mindfulness en el trabajo: Programas adaptados al entorno laboral que promueven la atención plena.
  • Meditación: Sesiones guiadas para reducir el estrés y mejorar la concentración.

3. Promoción de hábitos saludables

  • Actividad física regular: Facilitar la práctica de ejercicio incluso durante la jornada laboral (pausas activas).
  • Alimentación equilibrada: Proporcionar opciones saludables en comedores de empresa o mediante programas específicos.
  • Higiene del sueño: Educación sobre hábitos que favorecen un descanso reparador.
  • Limitación del consumo de sustancias estimulantes: Reducción de la ingesta excesiva de cafeína o alcohol.

4. Apoyo psicológico profesional

  • Servicios de counseling: Asesoramiento psicológico confidencial para empleados.
  • Programas de Asistencia al Empleado (PAE): Servicios integrales que incluyen apoyo psicológico, legal y financiero.
  • Intervenciones clínicas: Terapia cognitivo-conductual y otras aproximaciones efectivas para casos de estrés severo o burnout.

Implementación de programas integrales de gestión del estrés

La experiencia demuestra que los programas más exitosos son aquellos que:

  • Combinan intervenciones a múltiples niveles: Organizacional, grupal e individual.
  • Se basan en un diagnóstico previo: Parten de una evaluación rigurosa de factores de riesgo específicos.
  • Cuentan con apoyo de la dirección: Disponen de recursos suficientes y respaldo de los máximos responsables.
  • Involucran a todos los agentes: Incluyen participación activa de dirección, representantes de los trabajadores, técnicos de prevención y empleados.
  • Se evalúan sistemáticamente: Establecen indicadores claros para medir su impacto y realizar ajustes.
gestión estrés
Gestión del estrés. Imagen: Cambrabcn.org

El futuro del estrés laboral: tendencias y desafíos

Las transformaciones en el mundo del trabajo están generando nuevos desafíos en relación al estrés laboral:

Impacto de la digitalización y el trabajo remoto

La digitalización acelerada y la normalización del teletrabajo tras la pandemia de COVID-19 han traído consigo nuevas formas de estrés:

  • Tecno-estrés: Relacionado con la adaptación constante a nuevas tecnologías y plataformas.
  • Hiperconectividad: Dificultad para desconectar del trabajo, con jornadas que se extienden más allá del horario oficial.
  • Aislamiento social: Pérdida del contacto directo con compañeros que puede afectar al bienestar emocional.
  • Fusión de espacios: Dificultad para separar vida personal y profesional cuando se trabaja desde casa.

Nuevas formas de trabajo y precariedad

El auge de la economía de plataformas, los contratos temporales y otras modalidades de trabajo flexible están creando situaciones de mayor inseguridad laboral:

  • Empleo inestable: Incremento de la incertidumbre sobre continuidad y condiciones laborales.
  • Autoexplotación: Trabajadores autónomos o freelance que se imponen ritmos de trabajo insostenibles.
  • Difuminación de responsabilidades preventivas: Dificultad para determinar quién debe velar por la salud psicosocial en relaciones laborales no tradicionales.

Cambios demográficos y generacionales

Los entornos laborales son cada vez más diversos en términos generacionales:

  • Envejecimiento de la fuerza laboral: Necesidad de adaptar condiciones a trabajadores de mayor edad.
  • Expectativas de las nuevas generaciones: Mayor valoración del bienestar y el equilibrio vida-trabajo por parte de millennials y generación Z.
  • Equipos multigeneracionales: Posibles conflictos derivados de diferentes estilos de trabajo y comunicación.

Regulaciones emergentes

El marco normativo está evolucionando para abordar estos nuevos desafíos:

  • Derecho a la desconexión digital: Incorporado en España a través de la Ley Orgánica 3/2018 de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales.
  • Regulación específica del teletrabajo: La Ley 10/2021 de trabajo a distancia incluye aspectos relevantes para la prevención del estrés.
  • Avances hacia el reconocimiento del burnout: Aunque en España aún no está reconocido como enfermedad profesional, existen presiones para su inclusión.

Innovación en la prevención

Las nuevas tecnologías también ofrecen oportunidades para mejorar la gestión del estrés:

  • Aplicaciones de bienestar: Herramientas digitales para la práctica de mindfulness, mejora del sueño o gestión emocional.
  • Wearables y dispositivos de monitorización: Permiten detectar señales tempranas de estrés y fatiga.
  • Análisis de datos: Big data para identificar patrones de estres en las organizaciones y predecir áreas problemáticas.
  • Entornos de trabajo inteligentes: Espacios diseñados para promover el bienestar (iluminación, ergonomía, espacios de descanso).

Conclusiones: hacia una gestión integral del estrés laboral

El estrés laboral representa uno de los desafíos más significativos para la salud ocupacional en el siglo XXI, con implicaciones profundas tanto para el bienestar individual como para la sostenibilidad organizacional. A lo largo de este artículo, he intentado ofrecer una visión comprensiva del fenómeno, respaldada por evidencia científica y mi experiencia profesional.

Las principales conclusiones que podemos extraer son:

  1. El estrés no es un problema individual sino organizacional. Aunque existen diferencias en la vulnerabilidad personal, las causas fundamentales residen en factores estructurales del entorno de trabajo que requieren soluciones sistémicas.
  2. La prevención es más eficiente que la intervención. Actuar sobre los factores de riesgo psicosocial antes de que generen daños no solo es una obligación legal, sino también una decisión económicamente inteligente, considerando los altos costes del estrés.
  3. Se requiere un enfoque multimodal e integrado. Las estrategias más efectivas combinan medidas organizacionales (rediseño de puestos, mejora del liderazgo, políticas de conciliación) con intervenciones individuales (formación en gestión del estrés, técnicas de relajación, apoyo psicológico).
  4. El compromiso de la dirección es crucial. Sin un liderazgo comprometido con el bienestar psicosocial, las iniciativas anti-estrés tienden a quedarse en acciones puntuales sin continuidad ni impacto real.
  5. La evaluación continua es imprescindible. La gestión del estrés debe entenderse como un proceso dinámico que require monitorización regular y ajustes en función de resultados.
  6. Las nuevas realidades laborales exigen nuevas soluciones. El teletrabajo, la digitalización y los cambios en las relaciones laborales plantean desafíos inéditos que requieren aproximaciones innovadoras.

Como profesional de recursos humanos, considero que estamos en un momento crítico donde las organizaciones deben decidir si abordan el estrés laboral como un coste inevitable del trabajo contemporáneo o como una oportunidad de transformación hacia entornos laborales más humanos, sostenibles y productivos.

Mi experiencia me lleva a afirmar que aquellas empresas que optan por invertir en bienestar psicosocial no solo cumplen con sus obligaciones legales y éticas, sino que también obtienen ventajas competitivas significativas: mayor compromisomayor atracción y retención de talentoreducción del absentismo y, en última instancia, mejores resultados económicos.

El futuro del trabajo debe construirse sobre la premisa de que productividad y bienestar no son objetivos contradictorios sino complementarios. En esta encrucijada, todos los agentes implicados —empresas, trabajadores, administraciones públicas, profesionales de la prevención y la salud— tenemos la responsabilidad compartida de avanzar hacia entornos laborales donde el estrés deje de ser una epidemia silenciosa para convertirse en un riesgo controlado.

profesional agotado
Profesional agotado. Imagen: MiSistemaInmune.es

Referencias bibliográficas

Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo. (2019). Los riesgos psicosociales y el estrés en el trabajo. EU-OSHA.

Bakker, A. B., & Demerouti, E. (2017). Job demands–resources theory: Taking stock and looking forward. Journal of Occupational Health Psychology, 22(3), 273-285. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27732008/

Fernández-López, J. A., Siegrist, J., Rödel, A., & Hernández-Mejía, R. (2003). El estrés laboral: un nuevo factor de riesgo. ¿Qué sabemos y qué podemos hacer? Atención Primaria, 31(8), 524-526. https://www.elsevier.es/es-revista-atencion-primaria-27-articulo-el-estres-laboral-un-nuevo-factor-riesgo-13047736

Gil-Monte, P. R. (2012). Riesgos psicosociales en el trabajo y salud ocupacional. Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública, 29(2), 237-241. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=36323272012

Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo. (2018). Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo. 2015 6ª EWCS – España. INSST.

Karasek, R. A. (1979). Job demands, job decision latitude, and mental strain: Implications for job redesign. Administrative Science Quarterly, 24(2), 285-308. https://www.movingforwardnetwork.com/wp-content/uploads/2023/04/Karasek_Job-Demands-Job-Decision-Latitude-and-Mental-Strain-Implications-for-Job-Redesign_1979.pdf

Leka, S., & Jain, A. (2018). Mental health in the workplace in Europe. EU Compass for Action on Mental Health and Well-being. https://health.ec.europa.eu/document/download/e0330c18-e0d5-437d-a73e-dfe2ee09eb57_en

Maslach, C., & Leiter, M. P. (2016). Understanding the burnout experience: Recent research and its implications for psychiatry. World Psychiatry, 15(2), 103-111. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC4911781/

Ministerio de Trabajo y Economía Social. (2021). Guía de actuaciones de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social sobre Riesgos Psicosociales. ITSS. https://www.mites.gob.es/itss/ITSS/ITSS_Descargas/Atencion_ciudadano/Criterios_tecnicos/CT_104_21.pdf

Moreno-Jiménez, B., & Báez León, C. (2010). Factores y riesgos psicosociales, formas, consecuencias, medidas y buenas prácticas. Universidad Autónoma de Madrid.

Organización Internacional del Trabajo. (2016). Estrés en el trabajo: Un reto colectivo. OIT. https://webapps.ilo.org/public/libdoc/ilo/2016/490658

Organización Mundial de la Salud. (2019). Clasificación Internacional de Enfermedades, 11ª revisión (CIE-11). OMS. https://icd.who.int/es/

Peiró, J. M., & Rodríguez, I. (2008). Estrés laboral, liderazgo y salud organizacional. Papeles del Psicólogo, 29(1), 68-82. https://www.papelesdelpsicologo.es/pdf/1540.pdf

Salanova, M., Llorens, S., & Martínez, I. M. (2019). Organizaciones saludables: Una mirada desde la psicología positiva. Aranzadi Thomson Reuters.

Siegrist, J. (1996). Adverse health effects of high-effort/low-reward conditions. Journal of Occupational Health Psychology, 1(1), 27-41. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/9547031/

Vázquez Treviño, M. (2020). El impacto del teletrabajo y la conciliación en la salud laboral. Gestión Práctica de Riesgos Laborales, 185, 42-47.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *