12 técnicas para presentarse en público correctamente

Mejorar sus habilidades de orador trae beneficios que van más allá de una entrevista de trabajo o de aquella charla aterradora. Vamos a comentaros algunas técnicas para presentarse en público.

Una sensación repentina de amenaza, falta de aliento, náuseas, palmas sudorosas, temblor en la voz. Para quien tiene miedo de hablar en público, sólo imaginar el acto puede causar frío en la barriga. Se hizo famosa una investigación americana, de 1977, en el que el 41% de los participantes citaban la glosofobia, la fobia a hablar en público, como su mayor temor (antes incluso de la muerte, ¡que se quedó con un 19%!).

Parece exagerado, pero no lo es. La aversión existe y aparece en diferentes niveles y momentos, en una entrevista de trabajo, en una conferencia o en el escenario del teatro. La buena noticia es que, sea para quien sufre con ella o simplemente para aquellos que quieren mejorar sus habilidades de hablar en público, hay una serie de investigaciones y libros que tratan del tema en la actualidad y te pueden ayudar. A continuación puede ver algunos de los principales enseñanzas extraídas de estos recursos.

Técnicas para presentarse en público de manera correcta

Micrófono: Sepa cuál es el mensaje principal que desea transmitir - Presentarse en público

Micrófono: Sepa cuál es el mensaje principal que desea transmitir al presentarse en público

1. Comience y termine fuerte

Hay varias maneras de empezar conquistando la atención de la audiencia. Se puede empezar por el fin, mirar hacia el pasado, proyectar el futuro, hacer una broma o pedir que las personas hagan algo, por ejemplo. Y para ilustrar su punto de vista, de alguna manera, ya sea con una historia o una anécdota, puede ser el mejor camino.

De acuerdo con los autores de “Made to Stick: Why Some Ideas Survive and Others Die“, un estudiante medio utiliza 2.5 estadísticas por minuto de discurso y sólo uno de cada diez cuenta una historia. Después del discurso, sin embargo, el 63% del público se acuerda de las historias y sólo el 5% se acuerdan de estadísticas individuales. Una buena historia, por lo tanto, puede ser una buena manera de iniciar una presentación.

De la misma forma, es importante anclar los conceptos (y las estadísticas, si quieres) en ejemplos claros y memorables, para que el mensaje se mantenga en la mente de las personas. Una idea que “pega” es aquella que implica una historia, emociones fuertes o un mensaje central esculpido. Y un ejemplo bien pensado siempre ayuda.

Según los autores de “The New Articulate Executive: Look, Act and Sound Like a Leader“, también hay varias maneras de completar así un discurso. Usted puede, por ejemplo, resumir los puntos clave (entre uno y tres), retomar lo que dijo inicialmente, pedir que el público haga algo, proyectar una visión de futuro o contar una historia que simbolice su mensaje. Tenga en cuenta que no es necesario empezar y terminar enfáticamente, pero las maneras de hacer que uno u otro son similares. No es por casualidad. Es porque funciona. Es una buena manera de presentarse en público.

2. Entrena (bastante) tus diálogos

Sólo necesita un empujón inicial. La autora del bestseller “El Poder de los Quietos“, Susan Cain se convirtió en un hit de las TED Talks, cuando se discutió el asunto. Ella misma, introvertida, logró superar sus miedos y se convirtió en una oradora impresionante. Cain cuenta que la clave para superar el reto de hablar y presentarse en público fue practicar sus diálogos en pequeños grupos, donde se sentía a gusto. “Necesité desensibilizarme”, dijo. “Finalmente, usted se acostumbra a la sensación extraña de ser observada, que solía dejarme horrorizada. El miedo se disipa.”

Si no tiene tiempo de entrenar todo, centrarse en la introducción. Ella es el punto clave a la hora de controlar sus nervios al presentarse en público. Algunas investigaciones apuntan que, después de los primeros 30 o 60 segundos de la presentación, los niveles de ansiedad caen de manera significativa. Después de todo, usted no está inventando nada de lo que cuenta en el momento de presentarse bien en público.

3. Sea usted mismo

Para el empresario Peter Sims, hablar sobre cosas que usted cree, además, es un punto muy importante, saber muy bien lo que quieres decir y conocer a tu público son, en su opinión, los elementos más importantes al presentarse en público.

“Según el público comprendió que yo estaba siendo yo mismo y tratando de compartir y enseñar, con todas mis peculiaridades, ellos dejaron de analizarme y juzgarme y simplemente aprovecharon el momento”, escribió para la revista Harvard Business Review sobre una presentación que realizó. “Por lo menos eso fue lo que sentí, notando cómo la energía de la audiencia parecía cambiar en el primer cuarto o tercio de un evento. Cuando puedo ser yo mismo, la audiencia puede ser sí misma, y esa experiencia humana desbloquea y ésta empodera la creatividad”.

4. Prepare un tema central

Sepa de antemano cuál es el mensaje principal que quiere transmitir, cíñase a él y déjelo claro al presentarse en público. Así, a pesar de que se pierda la línea de razonamiento sin querer, va a ser más fácil reanudar la. En otra TED Talk viral, Nancy Duarte presentó los análisis estructurales de los discursos de grandes oradores, como Martin Luther King, Jr., Steve Jobs y Abraham Lincoln. “Usted tiene el poder de cambiar el mundo y comunicarse de manera eficaz. Su idea tiene que salir de ti e ir a donde otros pueden verla”, resume.

El resultado es un formato de las presentaciones de excelentes oradores, que implica combinar el presente (lo que existe) y el futuro (lo que podría ser). Vale la pena darle al play.

5. Sepa dar ritmo a su discurso

El control de la velocidad y el tono de la voz transmite una sensación de confianza en sí mismo para el público, así como bajar el tono al final de una frase transmite poder. También compruebe si usted está respirando hondo y exhalando aire por la nariz, dos cosas que ayudan al cuerpo a mantenerse en calma.

Ir demasiado rápido en el contenido que usted ha planeado es una trampa común, y te puede dejar con un montón de tiempo que te costará conseguir llenar. Los locutores profesionales son deliberadamente lentos al entregar el contenido. No de la forma que más molesta, por supuesto, sino en un ritmo que va a animar a todos en la sala para que presten atención y en espera de su por cada última palabra de la frase. Es mejor cubrir los puntos que no quedaron claros durante las preguntas al final de la presentación del que jugar un millón de palabras por minuto y esperar que el público pueda digerir todo.

De la misma manera, sepa utilizar el silencio a su favor. Controle su voluntad de hablar sin parar y llenar cada silencio entre una frase y otra con “hum” y “ah”. ¡Los silencios son buenos! Las pausas son esenciales para dar un buen ritmo de su discurso, y usted no debe evitarlos.

6. Respire hondo

Existen dos grandes problemas de entonación que perjudican a una presentación en público: uptalk (cuando sus afirmaciones suenan como preguntas) y vocal fry (cuando la voz está baja y error, principalmente en el final de las frases). Para Alison Shapira, profesora de Harvard, el secreto para evitar estos obstáculos es respirar profundamente al presentarse en público.

“Como un ex-cantante de ópera, yo sé cuanto la respiración afecta el modo como nuestra voz suena. Los cantantes usan la “respiración profunda” para conseguir una voz fuerte a través de un auditorio lleno de gente y hacerla llegar a cada persona en la audiencia. Nunca pensé que esta habilidad me podría ayudar después de haber dejado el mundo de la ópera, hasta el momento en que tuve que dar mi primer discurso”, escribió para la revista Harvard Business Review.

Pero, después de todo, ¿como hacer esa tal “respiración profunda”? Ella explica: “En pie, coloque una mano sobre su vientre y una mano en su pecho. Inspire profundamente, al darse cuenta de que se mueve la mano. La mayor parte de las personas, cuando se respira, levanta el pecho hacia arriba y hacia abajo. Pero yo quiero que usted mantenga su pecho firme y tratar de llevar la respiración a la altura de su estómago, cuando ha inspirado. Luego, exhale lentamente, como si tuviera dejando el aire salir de vagar de un globo.”

7. Sonríe

El poder de una sonrisa no debe ser subestimado: él es capaz de dejar su habla más acogedora. Y el cerebro humano es tan atento al acto que es capaz de discernir dieciséis tipos de sonrisas aunque sólo esté escuchando la voz. O sea, sonríe al teléfono también.

8. Recuerde que la audiencia perdona errores

En el libro “. . .Slips, Stumbles, and Verbal Blunders, and What They Mean“, el autor Michael Erard escribe que los errores de habla – tartamudeo, olvidos, errar en los sonidos que producimos, en promedio, ocurre una vez cada diez palabras. “Si las personas hablan en promedio 15 mil palabras por día, son 1500 errores verbales diarios”, escribió.

Como este es un rasgo común, el público entiende que los errores suceden. ¿Se equivocó? Siga hablando. Las personas quieren saber cómo usted reacciona para saber cómo deben reaccionar.

9. Reduzca sus niveles de estrés

Hay un sinfín de maneras de estresarse en el trabajo, especialmente cuando existe una predisposición para buscar factores estresantes. También hay un sinfín de maneras de reducir estos factores, como llegar temprano al lugar para no preocuparse por el horario, caminar por la habitación para acostumbre a ella, practicar ejercicios físicos en el día o chatear con los miembros de la audiencia antes de hablar en público, para que sea un grupo menos desconocido.

Convertir extraños en “amigos” puede rendir buenos frutos en caso de que usted se equivoque, ya que encontrar un rostro solidario es una manera de tranquilizar el ambiente y volver al trabajo. (Y ser un rostro solidario, sonriendo o animando al conferencista, es una gran amabilidad.)

10. Sea vulnerable

En caso de que su presentación en público incluya una sesión de preguntas y respuestas, es importante establecer que usted no sabe absolutamente todo, ni su audiencia debería saberlo tampoco. En Caso de que alguien te pregunte algo que no sabes, confiesa y cuenta lo que piensas sobre el tema. Dejar que el clima más informal también es una manera de acercarse a los oyentes más pasivos y elimina la distancia entre el orador y el público.

11. Conoce tu cuerpo

Gracias a su TED Talk, la psicóloga Amy Cuddy hizo que millones de personas practiquen sus “poses poderosas” en casa. “¿Cuáles son las expresiones no verbales de poder y dominación?”, – preguntó ella. “En el reino animal, hablan acerca de expansión. Entonces usted se hace grande, se estira, ocupa espacio, básicamente se abre. Y los humanos hacen igual”.

Lo que tiende a suceder, explicó, es que nuestro comportamiento refleja el del otro. Si una persona ejerce poder sobre nosotros de manera no verbal, tendemos a “hacernos pequeños” en relación a ella. Y como el cuerpo y la mente están conectados, Cuddy quería averiguar si era una vía de doble entrada o si la mente dominaba al presentarse en público.

Su respuesta es que nuestras mentes cambian nuestros cuerpos, así como nuestros cuerpos cambian nuestras mentes. O sea, hacer poses “poderosas” simplemente hace que usted se sienta, de hecho, más poderoso.

“Antes de abordar la siguiente situación estresante, donde serán evaluados, intenten hacer esto por dos minuton el ascensor, en el baño, en su mesa, con las puertas cerradas”, resumió. “Configure su cerebro para cooperar al máximo esa situación. Aumente su nivel de testosterona y baje el de cortisol. Deje que la situación sentir: ‘Ah, yo realmente diré y les mostraré a ellos, quién soy.”

12. Conoce tu cerebro

El célebre psicólogo Daniel Kahneman, ganador del premio Nobel y autor de “Rápido y despacio: Dos formas de pensar”, dice que el cerebro humano recuerda sólo dos cosas acerca de un evento: el clímax emocional, ya sea bueno o malo, y el fin.

Esta regla neurológico crea un resumen mental sobre la experiencia, que los seres humanos rescatan cuando piensan en cómo fue ese momento y cómo se sintieron. Este recuerdo influye cuando la persona decide si quiere o no tener esa experiencia de nuevo.

De acuerdo con Kahneman, la duración de la experiencia o la proporción de placer y disgusto influyen poco en el resumen. O sea, aunque te hayas atascado diez veces y tu presentación no haya funcionado, si la evaluación emocional y el fin de su habla son buenos, el resultado también lo será.

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