¿Recuerdas aquella idea brillante que tuviste durante la pausa del café y que nunca llegó a materializarse? Esa que podría haber mejorado un proceso, ahorrado tiempo o incluso abierto una nueva línea de negocio. Según datos del Informe Global de Innovación 2023, aproximadamente el 70% de las iniciativas innovadoras en las organizaciones provienen de empleados que detectan oportunidades desde su posición cotidiana, pero menos del 15% encuentran canales efectivos para desarrollarlas. Estamos hablando de un enorme desperdicio de talento y potencial transformador.
En un contexto donde la precariedad laboral se normaliza y la narrativa neoliberal nos empuja hacia un emprendimiento externo muchas veces forzado por la necesidad —no por la vocación—, el emprendimiento interno emerge como una alternativa digna que merece nuestra atención. No se trata de exprimir más a las plantillas, sino de reconocer que la innovación no es patrimonio exclusivo de startups en garajes, sino que puede florecer en cualquier rincón de una organización cuando existen las condiciones adecuadas.
Hoy exploraremos qué significa realmente impulsar el emprendimiento interno, por qué las empresas españolas necesitan integrarlo en su cultura organizacional, qué barreras encuentran los profesionales para innovar desde dentro, y cómo podemos construir espacios laborales que no solo permitan, sino que celebren la iniciativa de quienes conocen mejor que nadie las necesidades reales del trabajo cotidiano.
¿Qué es exactamente el emprendimiento interno?
El término intraemprendimiento o emprendimiento interno describe el proceso mediante el cual trabajadores de una organización desarrollan proyectos innovadores con recursos de la empresa, comportándose como emprendedores pero sin asumir el riesgo financiero personal. Es, en esencia, democratizar la innovación.
Desde mi experiencia en consultoría de recursos humanos, he observado que muchas organizaciones confunden el emprendimiento interno con simplemente «hacer tu trabajo bien». Pero hay una diferencia sustancial: estamos hablando de iniciativas que van más allá de las responsabilidades asignadas, que cuestionan el statu quo y proponen nuevas maneras de crear valor.
Los pilares del emprendimiento corporativo
Para que el emprendimiento interno funcione, necesitamos tres elementos fundamentales:
1. Autonomía: Libertad real para explorar ideas sin microgestión constante.
2. Recursos: Tiempo, presupuesto y herramientas para experimentar.
3. Legitimación: Reconocimiento organizacional de que innovar es parte del trabajo, no una distracción.
En España, empresas como Telefónica han implementado programas de intraemprendimiento como «Talentum Startups», permitiendo a empleados desarrollar proyectos durante horas laborales. Según datos de la propia compañía, entre 2011 y 2020 se crearon más de 40 proyectos internos que posteriormente se transformaron en unidades de negocio o empresas independientes.
¿Innovación desde arriba o desde abajo?
Aquí encontramos un debate fundamental. La narrativa empresarial tradicional sitúa la innovación como responsabilidad de departamentos específicos o directivos visionarios. Sin embargo, la investigación organizacional contemporánea demuestra consistentemente que las mejores innovaciones operativas provienen de quienes ejecutan las tareas día a día.
Como profesional comprometido con valores de justicia social, creo que el emprendimiento interno tiene un potencial emancipador: permite que trabajadores de cualquier nivel jerárquico tengan voz real en la transformación organizacional. No se trata solo de eficiencia empresarial, sino de dignificar el trabajo reconociendo la inteligencia colectiva.

La realidad del emprendimiento interno en España
La cultura organizacional española presenta particularidades que condicionan el desarrollo del intraemprendimiento. Según el Barómetro de Innovación de Cotec 2023, España invierte apenas el 1,43% de su PIB en I+D+i, muy por debajo de la media europea del 2,32%. Esta limitación estructural se refleja también en cómo las empresas gestionan la innovación interna.
Barreras culturales y estructurales
Tras quince años trabajando con organizaciones españolas, identifico tres obstáculos recurrentes:
La cultura del presentismo: La obsesión por las horas de presencia física dificulta que los empleados dediquen tiempo a explorar ideas. ¿Cómo puedes innovar si cualquier momento que no estés resolviendo urgencias se percibe como «pérdida de tiempo»?
Jerarquías rígidas: En muchas empresas españolas persiste una estructura vertical donde cuestionar procesos establecidos se interpreta como insubordinación. El miedo a represalias profesionales silencia iniciativas valiosas.
Ausencia de protección ante el fracaso: Sin una cultura que normalice el error como parte del aprendizaje, pocos se arriesgan a proponer innovaciones. Como señala la profesora Teresa Amabile de Harvard Business School en sus investigaciones sobre creatividad organizacional, el temor al fracaso es el asesino silencioso de la innovación.
Un caso inspirador: Mercadona y la escucha activa
Mercadona representa un ejemplo interesante de emprendimiento interno aplicado, aunque con matices. La empresa valenciana ha implementado sistemáticamente mejoras operativas surgidas de sus trabajadores de tienda.
El famoso caso de «las verduras cortadas» nació precisamente de empleados que detectaron una necesidad no cubierta en sus clientes.
Sin embargo, desde una perspectiva crítica, debemos preguntarnos: ¿estos procesos compensan adecuadamente a quienes generan las ideas? ¿O simplemente extraen valor adicional de la plantilla sin reconocimiento material proporcional? El emprendimiento interno auténtico debe incluir sistemas de recompensa justa para quienes innovan, no solo palmaditas en la espalda.
Estrategias prácticas para impulsar el intraemprendimiento
Pasemos ahora a lo concreto. ¿Cómo podemos, tanto desde recursos humanos como desde posiciones individuales, fomentar genuinamente el emprendimiento interno?
Para profesionales de RRHH: construir ecosistemas de innovación
1. Implementar programas estructurados de innovación
Crear espacios formales donde las ideas tengan recorrido oficial. Esto incluye:
- Tiempo dedicado: Políticas como el famoso «20% time» de Google (que permitió proyectos como Gmail) o modelos más realistas del 5-10% del tiempo laboral dedicado a proyectos propios.
- Presupuestos semilla: Pequeñas cantidades (500-5000€) accesibles mediante procesos sencillos para testear ideas sin burocracia paralizante.
- Comités de evaluación horizontales: Que incluyan trabajadores de diferentes niveles, no solo directivos.
2. Formar a mandos intermedios en liderazgo facilitador
Los jefes de equipo son frecuentemente el cuello de botella del emprendimiento interno. Necesitamos formarlos en:
- Técnicas de escucha activa y suspensión del juicio
- Mentalidad de experimentación y aprendizaje
- Herramientas para evaluar ideas por su potencial, no por su perfección inicial
3. Visibilizar y celebrar públicamente los intentos
Crear rituales organizacionales que reconozcan tanto éxitos como «fracasos productivos». En Pixar, por ejemplo, existe la tradición de compartir «postmortems» de proyectos cancelados para extraer aprendizajes colectivos.
Para empleados: cómo convertirte en intraemprendedor efectivo
Identifica problemas reales, no soluciones en busca de problemas
El emprendimiento interno efectivo nace de la observación atenta.
Pregúntate:
- ¿Qué procesos me frustran diariamente?
- ¿Dónde veo desperdicio de tiempo, recursos o talento?
- ¿Qué necesidades expresan clientes o compañeros que no estamos atendiendo?
Construye alianzas estratégicas
Ninguna innovación prospera en solitario. Necesitas:
- Un mentor interno: Alguien con más experiencia que valide tu idea y te oriente políticamente
- Aliados horizontales: Compañeros de otros departamentos que aporten perspectivas complementarias
- Un sponsor ejecutivo: Alguien con poder de decisión que respalde tu proyecto cuando sea necesario

Prototipa rápido y barato
Antes de pedir recursos significativos, demuestra viabilidad con pruebas de concepto mínimas. Un Producto Mínimo Viable (MVP) puede ser tan simple como un documento compartido, una hoja de cálculo mejorada o un piloto de una semana.
Señales de alerta: cuando el «intraemprendimiento» es explotación disfrazada
Desde una perspectiva progresista, debemos mantener una mirada crítica. No todo lo que se etiqueta como emprendimiento interno responde genuinamente al empoderamiento de la plantilla.
Banderas rojas que deberían preocuparnos
Exigir innovación sin proporcionar recursos: Cuando la empresa pide «ser más innovadores» pero sin liberar tiempo, presupuesto o autonomía real, estamos ante explotación emocional.
Apropiación de propiedad intelectual sin compensación: Si una empresa implementa tu idea generando beneficios significativos pero tú solo recibes un certificado, algo falla estructuralmente.
Programas de innovación como teatro corporativo: Iniciativas diseñadas más para mejorar la imagen externa que para transformar genuinamente la cultura interna.
Precarización mediante «emprendimiento obligatorio»: Cuando se presiona a empleados a «innovar o perecer», convirtiendo el emprendimiento interno en una forma de competencia darwinista entre trabajadores.
El debate sobre compensación y propiedad
Existe controversia legítima sobre cómo compensar el intraemprendimiento ¿Deberían los empleados recibir participaciones en beneficios de innovaciones que desarrollan? La legislación laboral española no contempla específicamente estos escenarios, creando un vacío problemático.
Empresas como 3M otorgan bonificaciones y reconocimiento público a innovadores internos, mientras que otras como W.L. Gore (creadores de Gore-Tex) estructuran toda su organización como una red de equipos autoorganizados donde la compensación se vincula directamente a contribuciones innovadoras evaluadas por pares.
Personalmente, defiendo que cualquier sistema de emprendimiento interno debe incluir participación material en los beneficios generados, no solo reconocimiento simbólico. La dignidad del trabajo incluye participar justamente de la riqueza que uno ayuda a crear.
Herramientas concretas para la gestión del intraemprendimiento
Para traducir todo esto en práctica operativa, necesitamos metodologías y herramientas específicas.
Marcos metodológicos útiles
| Metodología | Aplicación al emprendimiento interno | Ventajas | Limitaciones |
| Design Thinking | Identificar necesidades reales mediante empatía con usuarios/clientes | Enfoque centrado en personas, fomenta creatividad | Puede ser lento para organizaciones con urgencias |
| Lean Startup | Validar ideas rápidamente con experimentos mínimos | Reduce riesgo y desperdicio de recursos | Requiere cultura de experimentación previa |
| Agile / Scrum | Desarrollar proyectos de innovación iterativamente | Flexibilidad y adaptación continua | Puede chocar con estructuras muy jerárquicas |
| Jobs to Be Done | Entender qué «trabajo» buscan resolver clientes / usuarios | Perspectiva innovadora sobre necesidades | Curva de aprendizaje significativa |
Plataformas y espacios físicos
El espacio importa. Empresas como Banco Santander han creado centros de innovación físicos (Santander InnoVentures) donde equipos pueden trabajar fuera del entorno corporativo habitual. Aunque no todas las organizaciones tienen recursos para esto, incluso pequeñas intervenciones ayudan:
- Salas de experimentación: Espacios sin jerarquía visible donde se fomenta el pensamiento divergente
- Plataformas digitales de ideas: Software tipo IdeaScale o Brightidea que democratizan la propuesta y evaluación de innovaciones
- Hackathons internos: Eventos puntuales (24-48h) donde equipos multidisciplinares trabajan intensivamente en retos específicos

El futuro del emprendimiento interno en un mundo post-pandemia
La crisis del COVID-19 transformó radicalmente cómo entendemos el trabajo. El emprendimiento interno adquiere nuevas dimensiones en este contexto.
Trabajo remoto y distribución del talento innovador
El trabajo distribuido democratiza potencialmente el acceso a procesos de innovación, permitiendo que personas tradicionalmente excluidas de «espacios de poder» físicos puedan contribuir. Sin embargo, también genera riesgos de invisibilización de contribuciones.
Investigaciones recientes, como las del MIT Sloan Management Review, sugieren que la innovación en equipos remotos requiere intencionalidad adicional: rituales específicos de brainstorming virtual, documentación exhaustiva de procesos creativos, y tecnologías de colaboración sofisticadas.
Sostenibilidad y propósito
Hemos observado un cambio generacional donde profesionales jóvenes priorizan el impacto social y ambiental por encima de compensaciones puramente monetarias. El emprendimiento interno orientado a **sostenibilidad** atrae y retiene talento crítico.
Empresas como Patagonia o Interface han construido sus modelos de innovación precisamente permitiendo que empleados lideren iniciativas ambientales que también generan valor comercial. Este enfoque responde a la demanda creciente de trabajo con sentido.
Inteligencia artificial y automatización
La irrupción de herramientas de IA generativa (ChatGPT, Midjourney, etc.) está democratizando capacidades que antes requerían equipos especializados. Un empleado con una buena idea puede ahora crear prototipos funcionales, análisis de datos complejos o materiales de comunicación profesionales sin depender de múltiples departamentos.
Esto puede acelerar dramáticamente el emprendimiento interno, aunque también plantea preguntas inquietantes sobre qué sucede con empleos especializados y cómo distribuimos justamente los beneficios de esta productividad aumentada.
Síntesis y llamada a la acción
El emprendimiento interno no es una moda pasajera de gestión empresarial, sino una respuesta necesaria a dos realidades convergentes: organizaciones que necesitan innovar constantemente para sobrevivir, y trabajadores que demandan mayor autonomía, reconocimiento y sentido en sus empleos.
Hemos explorado cómo el intraemprendimiento auténtico requiere cambios estructurales profundos: desde redistribuir tiempo y recursos, hasta transformar culturas que penalizan el error y perpetúan jerarquías rígidas.
Vimos también que no todo lo que se presenta como emprendimiento interno es genuino; debemos mantener vigilancia crítica ante apropiaciones que solo buscan extraer más valor de plantillas sin compensación justa.
Desde una posición humanista y progresista, defiendo que el emprendimiento interno bien implementado puede ser una herramienta de democratización organizacional. Cuando cualquier persona, independientemente de su posición jerárquica, tiene voz real para transformar su entorno laboral, estamos construyendo lugares de trabajo más dignos y justos.
Reflexión personal sobre el futuro
Después de quince años en este campo, soy optimista cauteloso. Veo organizaciones españolas cada vez más conscientes de que el talento no se motiva solo con salarios, sino con autonomía, propósito y reconocimiento. Sin embargo, también observo contradicciones: empresas que proclaman innovación mientras mantienen estructuras feudales intactas.
El cambio real vendrá cuando empleados organicen colectivamente sus demandas de espacios genuinos para innovar, cuando sindicatos integren el «derecho a innovar» en negociaciones colectivas, y cuando legisladores reconozcan que la propiedad intelectual desarrollada en contextos laborales merece marcos regulatorios que protejan tanto a empresas como a trabajadores.
Tu próximo paso
Si trabajas en recursos humanos, te invito a auditar honestamente: ¿tu organización facilita genuinamente el emprendimiento interno o solo lo simula? Comienza con un piloto pequeño, establece métricas claras, y construye desde ahí.
Si eres un empleado con ideas, no esperes permiso perfecto. Identifica un problema concreto, construye una solución mínima, documenta el impacto potencial, y busca aliados estratégicos. El emprendimiento interno es también un acto de valentía individual dentro de estructuras que no siempre lo facilitan.
Porque al final, innovar desde dentro no es solo hacer nuestras empresas más competitivas; es reclamar nuestro derecho a moldear los espacios donde pasamos la mayor parte de nuestras vidas despiertas. Y eso, desde cualquier perspectiva humanista, merece toda nuestra atención y esfuerzo.

Referencias bibliográficas
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