Empleabilidad: definición, concepto y análisis

Empleabilidad significa la capacidad o posibilidad de conseguir un trabajo. También forma parte del concepto de empleabilidad la capacidad de mantenerse en un empleo.

Definición y concepto de empleabilidad

El concepto se relaciona con la capacitación profesional y las aptitudes para el mercado de trabajo. La empleabilidad se encuentra, así, directamente relacionada con el valor profesional que una persona puede tener en el ámbito del mercado de trabajo.

A lo largo de la historia, varios cambios se produjeron en el mundo del trabajo y, especialmente en el inicio de los años 90, la cuestión de la empleabilidad pasó a ocupar un lugar destacado en los contextos de trabajo, desencadenado principalmente por eventos como la globalización, la apertura del mercado a las importaciones y el aumento de las innovaciones tecnológicas.

Estos acontecimientos hicieron que la mano de obra tuviera que buscar un mayor desarrollo para lograr mantenerse activa en el mercado profesional que pasó por grandes reestructuraciones.

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En este escenario surgió el término empleabilidad, que aunque no aparece todavía en los diccionarios, pasó a formar parte del vocabulario de la organización.

En Estados Unidos, el término equivalente es employability y significa la “condición de dar empleo al que sabe, así como la habilidad de obtener o mantener un empleo o trabajo”. También, la empleabilidad puede ser entendida como las acciones emprendidas por las personas, con el fin de desarrollar habilidades y buscar conocimientos favorables al alcance de una colocación, ya sea formal o informal, en el mercado de trabajo.

Considerando que en esta época de cambios, las empresas están buscando alternativas de modernización de sus sistemas y procesos productivos y pasando por las constantes disminuciones en su plantilla de personal, la condición de ser empelable pasa a ser más importante que el trabajo, exigiendo que las personas tengan mayor capacidad de aprender y adaptarse a la nueva realidad de mercado.

Con la reducción de los puestos de trabajo, comienza a surgir una nueva propuesta en la que las personas no buscan un empleo tradicional, sino trabajo, pasando a ofrecer soluciones a los diversos problemas que las empresas y la propia sociedad puedan enfrentar.

Esta transformación en el trabajo, que viene a ser llamada de empleabilidad, debe redirigir las relaciones capital/trabajo en la era de la información. Las personas que deseen progresar deben buscar desarrollar nuevas habilidades y competencias profesionales, incluida la educación formal.

Para poder hacer frente al nuevo contexto, el conocimiento se ha convertido en el principal ingrediente del que se produce, es, compra y vende. Gestionar ese conocimiento se ha convertido en la tarea económica más importante de los individuos, de las empresas del mundo.

Por ello, la nueva dinámica del mercado trae consigo la empleabilidad como un nuevo concepto para el perfil del trabajador, que debe tener habilidades, conocimientos y capacidades que van mucho más allá de lo necesario en su área profesional, debiendo ser una persona polivalente.

El mismo autor entiende también que, ante estas necesidades, las universidades no han adaptado sus programas a las nuevas exigencias del mercado, y sumando esto a los conflictos de los sectores capitalistas que, en la búsqueda de la competitividad, se enfrentan con la inversión en la capacitación de personal y la lógica del beneficio inmediato, el trabajador se ve delante de una dinámica frenética, dificultando mucho su planificación profesional necesario a este mercado cambiante.

Considerando el campo de la enseñanza superior, la empleabilidad es la probabilidad del graduado de presentar atributos que los empleadores anticipan como necesarios para el futuro funcionamiento efectivo de la organización. De esto resulta que es importante que el profesional tenga estabilidad emocional, buen comportamiento, identificación con la empresa y agilidad para trabajar.

En los últimos años, algunos países de la Unión Europea, liderados por el Reino Unido, vienen desarrollando la idea de la calidad universitaria se encuentra estrechamente relacionada con la empleabilidad, llegándose a la conclusión de que la función primaria de la educación superior es la preparación para el mundo del trabajo.

Por ello, básicamente, en la actualidad, se entiende empleabilidad como la condición de ser empleable, esto es, de dar y conseguir empleo gracias a los conocimientos, habilidades y actitudes intencionalmente desarrollados por la educación y la capacitación, en sintonía con las necesidades del mercado de trabajo. Es la capacidad de los profesionales de mantenerse empleados o de encontrar un nuevo empleo cuando son despedidos.

En el marco universitario, se puede decir que la empleabilidad no se trata conseguir puestos de trabajo para los graduados, sino de desarrollar la capacidad crítica en el proceso de aprendizaje continuo, lo que no quiere decir reducir la educación superior (la formación).

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Consejos para garantizar la empleabilidad. Imagen de Werner Heiber en Pixabay

Cómo garantizar la empleabilidad

Para garantizar su capacidad de empleabilidad en el mercado de trabajo es preciso que el profesional esté atento a las demandas del mercado de su zona de actuación. Cuanto mayor sea la capacidad de adaptarse a las necesidades del mercado profesional, mayor será su empleabilidad.

Ante la gran competencia del mercado de trabajo es preciso que el profesional se tratará de demostrar su valor, la cualificación y la capacidad de contribuir efectivamente y de manera destacada frente a otros profesionales.

Algunos ejemplos de ello son:

  • Mejorar la competencia técnica y estar constantemente actualizado sobre las novedades de tu área de actuación.
  • Tener una conducta responsable, idónea y ética.
  • Mejorar la capacidad técnica y participar de cursos de capacitación.
  • Realizar auto-evaluaciones frecuentes sobre tus cualidades y defectos como profesional y buscar la manera de solucionarlos.
  • Ser una persona con iniciativa propia.
  • Desarrollar una buena comunicación oral y escrita.
  • Tener la capacidad de agregar valor al mercado de trabajo.
  • Tener habilidades y flexibilidad para trabajar en equipo, tener buena capacidad de relación.
  • Tener un buen nivel cultural.
  • Estudiar idiomas que sean adecuados para tu área de actuación.

Empleabilidad y profesionalidad

La empleabilidad y el profesionalismo son conceptos que no deben ser confundidos. La empleabilidad se relaciona con la entrada y mantenimiento en el mercado de trabajo. Mientras que el profesionalismo se refiere específicamente al comportamiento de una persona y como profesional.

El profesionalismo se relaciona con la responsabilidad con el cumplimiento de obligaciones profesionales y con la buena relación con los compañeros de trabajo y clientes.

Todo el mundo necesita trabajar y todo emprendimiento necesita de personas para desempeñar diversas funciones, para que así el negocio siga adelante, alcanzando los objetivos deseados.

De ahí que el término de empleabilidad haya comenzado a ser utilizado con más frecuencia debido a la gran competencia global, las innovaciones tecnológicas y la búsqueda de procesos más eficientes y precisos.

La demanda por profesionales más competentes, atentos a las nuevas tendencias, con mayor cualificación, que tienen la capacidad de innovar y de tratar con otras personas, convirtió en la empleabilidad de una característica vital para una empresa, ya sea nacional o multinacional.

Las empresas están pasando por muchas transformaciones relativas a valores, política empresarial, visión de futuro, los conflictos internos, las responsabilidades sociales, que hacen surgir nuevas necesidades en términos de material humano.

Es común escuchar hablar sobre la disminución de oportunidades de trabajo, pero esta afirmación no es totalmente cierta, ya que muchas veces lo que ocurre es que las empresas necesitan de un perfil profesional con mejor preparación tanto tecnológico, como emocional.

El nuevo profesional

Para estar insertado en las nuevas necesidades de la organización, el aprendizaje continuo, habilidades para aportar soluciones creativas e innovadoras, son muy importantes. El nuevo perfil profesional está ligado a la capacidad de aprender y de gestionar personas y procesos en un entorno que está en constante cambio.

No satisface más, sólo ser un experto, en la actualidad también es necesario ser un profesional generalista, que conozca bien el mercado en el que actúa, saber cuáles son las reales posibilidades de desarrollo de la empresa, buscar la actualización de los sistemas utilizados, además de tener una buena red de relaciones.

Por lo tanto, los recursos básicos para garantizar la empleabilidad son:

  • Autoaprendizaje y autodesarrollo;
  • Poseer conocimientos digitales;
  • Tener un historial profesional atractivo;
  • Ser capaz de utilizar sus puntos fuertes y desarrollar nuevas habilidades;
  • Conocer al menos una lengua extranjera;
  • Poseer buena capacidad de comunicación;
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¿Cómo anda tu empleabilidad?

Poseer buena empleabilidad es necesario analizar algunos aspectos de tu vida profesional y de negocio; por ello, es buena idea analizar los siguientes puntos:

a) prestar atención al mercado para saber si se encuentra saturado y si es hora de cambiar de negocio.

b) Comprobar si tu formación es adecuada a la actividad con la que trabajas o deseas trabajar.

c) Analizar si tus experiencias profesionales son suficientes para que consigas buenas oportunidades en el área deseada.

d) Tener un buen nivel de relacionamiento interpersonal.

e) Analizar las relaciones que tienes y la influencia para nuevas oportunidades.

f) Cuidar la imagen personal: ropa, gestos, tono de voz, comportamiento en general.

g) Tener buena capacidad de adaptación es importante para un entorno que cambia con tanta velocidad como en los tiempos actuales.

h) Buscar estar siempre motivado, evitar quejas y postergación para superar los problemas que suelen surgir en el día a día.

Análisis de la empleabilidad

El análisis de la empleabilidad nos debe llevar a establecer un Plan de trabajo para ver qué competencias tenemos y qué nos faltan para poder ser empleables. Quien busca trabajo debe ser capaz de decir qué quiere hacer y qué estaría dispuesto a renunciar (tiempo libre, familia, menos sueldo…) para tener un trabajo. Se debe proponer unos objetivos realizables que deberían responder a las siguientes preguntas: ¿Qué se quiere conseguir?, ¿En qué plazo?, ¿Qué necesito y cómo lo conseguiré?, ¿Qué ganaré / qué voy a perder?

La persona que busca trabajo debe saber qué puede aprovechar de sus competencias y cómo puede ponerlas en el curriculum para destacarlas como cualidades muy valorables. El capital competencial es importante para conseguir un empleo.

Primero debemos saber desde donde partimos y después tendremos que ir valorando las diferentes competencias que tenemos con los requisitos de las ofertas de trabajo. Debemos tener presente que todos creemos que nos conocemos perfectamente y podríamos decir que somos de esta o de la otra manera, pero hay partes de nosotros mismos que no hemos analizado y cuando las observamos nos damos cuenta que no somos como pensábamos.

El ejercicio de autoanálisis personal y profesional puede ir bien para detectar cómo somos y en qué trabajos podemos sentirnos más útiles ya la vez más realizados profesionalmente.

Aumentar la empleabilidad
Aumentar la empleabilidad

La persona orientada debe conocer su situación respecto al mercado de trabajo. Esta es la base principal para insertarse laboralmente. Durante el proceso deberá ir modificando expectativas, deberá tomar decisiones y establecer compromisos para alcanzar un nivel óptimo para poder ser empleable.

Todo este proceso se retroalimenta y necesitamos tener una fotografía de nuestra situación personal, profesional, del mercado y de las condiciones que limitan el acceso al trabajo.

Los factores estructurales son factores externos que condicionan la empleabilidad y deben conocerse. Los factores vinculados a la persona y los factores competenciales pueden variar según la persona y también si se plantean objetivos a corto o medio plazo. Con el aprendizaje nos ponemos al día de los cambios laborales y si hay carencias que nos impiden entrar en el mercado laboral este paso es necesario.

Una de las maneras de aprender es darnos cuenta de que todavía nos queda mucho por aprender y el cambio debemos hacerlo nosotros. Es por ello que debemos tener una perspectiva clara de la situación, todo es posible cuando te convences. En este camino de la orientación habrá momentos que la persona que busca trabajo dudará, deberá resolver conflictos y deberá tomar decisiones.

Y decidir, es dar un paso adelante.

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