Antes de entrar en el concepto de autoorientación profesional vamos a referirnos brevemente al concepto de orientación que establece el MEC (Documento Base sobre Información y Orientación Profesional): Define la orientación profesional como el proceso de ayuda al individuo mediante el cual éste identifica y evalúa sus aptitudes, competencias e intereses con valor profesionalizador, se informa sobre la oferta y la demanda laboral accesible para él, en la actualidad o en un futuro próximo y, en función de estas variables, toma la decisión sobre el itinerario formativo a seguir con el objeto de lograr una inserción profesional y social satisfactoria.
¿Qué es la autoorientación profesional?
La autoorientación profesional es un proceso a través del cual la persona se dota de los instrumentos y toda la información necesaria para elaborar alternativas profesionales.
Una vez elaboradas estas alternativas, se evalúan y se elige aquella que se considera más beneficioso para el desarrollo de la carrera profesional de la persona.
Proceso de autoorientación profesional
El proceso de autoorientación incide en estos mismos aspectos pero desarrollados por el propio sujeto. Rubio y otros indican que el modelo de Autoorientación Profesional se basa en los siguientes postulados:
- La orientación vocacional es un proceso educativo que debe conseguir que el alumno posea las habilidades y destrezas para orientarse a sí mismo.
- La elección profesional es el resultado de un proceso que no puede reducirse a intervenir sólo en determinados momentos críticos, sino que ha de hacerse de forma continua.
- La orientación vocacional se ha de desarrollar en el mismo lugar que la instrucción de nuevos conocimientos, es decir, en el aula de clase, y se ha de desarrollar, primordialmente, por los principales agentes del proceso educativo: alumnos y tutores.
- El mundo profesional de comienzos del siglo XXI, está cambiando rápidamente, por lo que el consejo orientador «ahora y aquí» es poco operativo, lo cual hace preferible enseñar al alumno a analizar las situaciones que le preparen para solucionar los problemas que le deparará en el futuro su vida.
El objetivo principal que se trata de conseguir con este modelo es que cada alumno o alumna elabore su propio proyecto personal de vida.
Características de la autoorientación
Rubio y otros indican que, en función de las bases expuestas, los principios que caracterizan la autoorientación son los siguientes:
1. Activo. La orientación se centra en los alumnos para dotarlos de aquellas competencias que les permitan afrontar su proceso de realización personal. El principal protagonista es el alumno con todas sus potencialidades y limitaciones. Con todo lo cual se contribuye al desarrollo de personalidades más activas, autónomas y responsables de sus propias decisiones.
2. Gradual. La orientación debe ser continua y permanente iniciándose en los primeros niveles de la escolaridad y finalizando al término de ésta, pero siempre teniendo en cuenta la etapa evolutiva en que se encuentra el alumno.
3. Globalizador. La actividad orientadora no queda circunscrita a un sector de la personalidad, sino que abarca la totalidad de las manifestaciones de una persona: dimensiones de tipo psicológico, biológico, sociológico y escolar.
4. Cualitativo. Este enfoque es eminentemente reflexivo, pues trata de permitir al alumno un conocimiento de sí mismo lo más exacto posible, mediante cuestionarios de diagnóstico menos formales y psicométricos, y donde la valoración y aplicación la haga el propio alumno.
5. Semidirigido. En este modelo se trata de combinar la autonomía y el ritmo personal con el asesoramiento de otras personas (tutor, orientador y padres) que posibilite la actualización permanente de sí mismo.
6. Personalizador. En la evolución personal de cada alumno se detectan unos momentos claves, de mayor intensidad orientadora, debido a su problemática particular, tanto desde el punto de vista psicológico, social o biológico propios de la adolescencia, en consecuencia deben intensificarse en tales momentos críticos la colaboración y ayuda al sujeto en su toma de decisiones y en la resolución de su problemática personal.
7. Dinámico. Se prepara al alumno para dotarlo de los recursos necesarios para afrontar el permanente cambio que está experimentando el mundo de las profesiones y estudios. Se trata de facilitar su preparación para saber adaptarse a los constantes cambios a que habrá de enfrentarse en el futuro.
8. Realista. Se basa en la suposición de que no existen decisiones ideales, pues es ilusorio pensar que exista una correlación perfecta entre aptitudes, rendimiento y éxito profesional. Asimismo, evita las interpretaciones uniformes y standars de los resultados.
9. Integrado. Los programas de orientación no están planificados por personas externas al centro, sino que están incluidos en el plan del centro, con la participación de alumnos, tutores, equipo directivo y orientador del centro.
10. Constructivo. Se centra más en lo que tiene y en las potencialidades del alumno, que en la detección de sus limitaciones. Resalta el hecho de que se pueden desarrollar las capacidades mediante un compromiso con un proyecto personal de vida.
11. Sencillo. Las actividades diseñadas en un modelo de orientación donde alumno y tutor desempeñan los roles de actores principales no pueden ser de naturaleza compleja y profunda, sino que han de ser fáciles de aplicar e interpretar, pues la intervención de los especialistas es mínima. Por lo que su costo en tiempo y dinero es pequeño.
12. Ecléctico. Reconocemos que no existe un único ideal modelo de orientación que sirva para todos los alumnos y en todas las circunstancias. Por tanto proponemos un modelo ecléctico donde se tienen en cuenta las aportaciones de los ya existentes, de forma que no sean excluyentes sino complementarias.